Bien
vale hacer saber que fue la Doctora en Bioquímica paraguaya Esther Ballestrino
de Careaga, quien hizo saber de la Mujer Paraguaya al Papa Francisco, cuando
éste se desempeñaba como Técnico Químico en el Laboratorio de la compatriota.
Esther
fue tan valiente como cualquier Residenta. Militante del Partido Revolucionario
Febrerirsta, fue una de las lideresas de “Madres de la Plaza” en Argentina,
donde transcurrió su exilio. Actualmente está desaparecida.
En la
Ex Escuela de Mecánica de la Armada, donde funcionaba uno de los más
emblemáticos centros de tortura de la dictadura militar argentina, se exhibe
una foto de considerables dimensiones, que retrata a Esther ¡Bien por la solidaridad
argentina frente a la mezquindad paraguaya!
“Mis” Premios Nobel
Y
hablando de Premios Nobel, yo compartí ricas experiencias académicas con ocho
de ellos. A todos les hablé de la injusticia de los Tratados de las
Hidroeléctricas de Itaipú y Yacyreta, para con el Paraguay.
También
les pedí que denunciasen esta realidad en los encumbrados ámbitos en que se
mueven. Me agradecieron el dato. Pero me aclararon dos cosas:
1) que “ese es un tema para los
Premios Nobel de la Paz”, (ninguno de ellos era Premio Nobel de la Paz), y
2) que Paraguay es responsable de
su propia condena, al haber firmado un contrato desfavorable para sí
En este
punto mi fantasía se desvanecía, porque más que lo intentaba aplicando diversas
metodologías, no lograba hacerles entender que el firmante, Stroessner, no nos
representaba.
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